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El arco volcánico ecuatoriano es uno de los más densos en el mundo. Un cálculo realizado en base al mapa de Bernard y Andrade (2011) indica una espaciamiento promedio de 10 km entre los 84 volcanes continentales (Figura 1). Por supuesto, las islas Galápagos, construidas únicamente por la actividad volcánica, solo refuerzan la idea que el Ecuador es un país sumamente volcánico. Sin embargo, no todos los volcanes tienen la misma historia eruptiva y eso permite hacer una diferencia entre los volcanes en reposo o extintos, los volcanes potencialmente activos, los volcanes activos, y los volcanes en erupción. A continuación, vamos a detallar cada una de estas categorías, su definición y sus consecuencias en términos de probabilidad de reactivarse.

Figura 1. Mapa de los volcanes cuaternarios del Ecuador continental (Bernard y Andrade, 2001).

Figura 1. Mapa de los volcanes cuaternarios del Ecuador continental (Bernard y Andrade, 2001).

1) Volcanes en reposo o extintos (pre-holocénicos)

Una de las tareas más complicadas en vulcanología es definir si un volcán está extinto o solo en reposo de larga duración. Es común observar periodos de decenas hasta cientos de miles de años sin actividad eruptiva en la historia de un volcán que puede alargarse más de un millon de años. Por ejemplo el volcán Cotopaxi tuvó un lapso de más de 400 mil años sin actividad eruptiva registrada entre el volcán de base, el Cotopaxi I activo entre 560 y 420 mil años AP (Antes del Presente, por consensus internacional el presente es el año 1950), y el volcán actual, el Cotopaxi II activo por los últimos 13 mil años. Por eso los volcanes que no tuvieron erupciones recientes son considerados en reposo o extintos. En la comunidad geológica, el « reciente » corresponde a un periodo geológico llamado el Holoceno. Este periodo se extiende a los últimos 11 700 años AP (antes definido a los últimos 10 mil años). Es común observar evidencias de erosión glaciar en los volcanes pre-holocénicos (Figura 2). En consecuencia a su falta de actividad reciente, los volcanes en reposo o extintos tienen una probabilidad muy baja, pero no nula, de reactivarse en un futuro cercano. En Ecuador la grán mayoría de los volcanes del arco continental (59 de los 84 volcanes) pertenecen a esta categoría, incluyendo el Rucu Pichincha y el Ilaló.

Figura 2. El Sincholagua también es un volcán en reposo o extinto.

Figura 2. El Sincholagua también es un volcán en reposo o extinto.

2) Volcanes potencialmente activos (holocénicos)

Estadísticamente, los volcanes que tuvieron actividad eruptiva en los últimos 11 700 años antes del presente tienen una mayor probabilidad de reactivarse en un futuro cercano que los volcanes extintos o en reposo. Esa es la principal razón para llamarles potencialmente activos. Hacer la diferencia entre estas dos categorías permite definir prioridades tanto en el estudio geológico como en el monitoreo volcánico ya que difícilmente se puede realizar un seguimiento muy cercano de todos los centros volcánicos. Los volcanes potencialmente activos corresponden a la quinta parte de los volcanes del arco continental ecuatoriano, incluyendo el Pululahua y el Chimborazo (Figura 3). Es importante notar que ciertos volcanes holocénicos tienen un frecuencia eruptiva de miles de años y podrían estar acercandose a su periodo de retorno, como es el caso del Atacazo-Ninahuilca (frecuencia eruptiva durante el Holoceno ~2000 años, última erupción 2270 años AP).

Figura 3. El Chimborazo es un volcán potencialmente activo.

Figura 3. El Chimborazo es un volcán potencialmente activo.

3) Volcanes activos (históricos)

La diferencia entre los volcanes potencialmente activos y los volcanes activos es la confirmación escrita de al menos una erupción durante el periodo histórico. El periodo histórico, definido por la aparición de una tradición escrita, empezó en Ecuador con la llegada de los conquistadores españoles en 1532 AD (anno domini). Los volcanes activos en el arco ecuatoriano tienen una frecuencia alta de erupciones y por eso tienen una mayor probabilidad de reactivarse en un futuro cercano. En consecuencia, estos son monitorizados muy de cerca. El Cayambe y el Guagua Pichincha (Figura 4) son ejemplos de volcanes activos.

Figura 4. Domo Cristal del volcán Guagua Pichincha, última erupción en 1999-2001.

Figura 4. Domo Cristal del volcán Guagua Pichincha, última erupción en 1999-2001.

4) Volcanes en erupción

Definir el momento cuando una erupción o un ciclo eruptivo termina es un ejercicio sumamente complicado. En base a las erupciones ocurridas en los últimos 20 años hemos observado una gran variabilidad en el comportamiento de los volcanes. En efecto, hemos registrado erupciones de corta duración como la del Cotopaxi (agosto-noviembre 2015), erupción de duración media como la del Guagua Pichincha (1999-2001), y ciclos de larga duración con numerosos episodios eruptivos (Tungurahua 1999-2016, Reventador 2002-2017). En cada uno de estos ejemplos se observaron periodos de tranquilidad que duraron desde pocos días hasta años. Por lo tanto se considera en erupción un volcán que presentó actividad eruptiva en los últimos dos años. Por eso los volcanes Cotopaxi, Tungurahua y Sangay son considerados en erupción incluso si al momento no presentan actividad eruptiva.

Figura 5. El Tungurahua está tranquilo desde casi un año pero todavía se lo clasifica en erupción.

Figura 5. El Tungurahua está tranquilo desde casi un año pero todavía se lo clasifica en erupción.

Tag(s) : #Divulgacion cientifica, #Volcanes, #Ecuador
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